LA ERA DE LAS MÁQUINAS ESPIRITUALES

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RUMIAR SIN LA RESPUESTA CORRECTA

 Una leyenda, una anécdota, una historia en común. He visto crearse universos prefabricados, lecciones reproducidas desde libros precortesianos y otros, vistos desde una representación lanzada para aprehender expectativas ilusorias. 

La vida está hecha de matices circunspectos. Es un devenir donde se dan cita los quebrantos, las esperanzas extraviadas y los deseos inconclusos. Quien lo sabe y en su camino sufre de amnesia, ha caído en las redes del descontento. 

Por otro lado, quienes a pesar de conocer el dolor y el sufrimiento en carne propia, eligen encaminar sus pasos en otro sentido, hallan un sendero inusitado bajo el cual sus caminatas adoptan diversos laberintos. 

Caen en el sueño obnubilado desde donde únicamente tratan y luchan, envidian y recompensan, repletos de un vacío y sus incontables derivados. 

En el poder de la indecisión ha de fundarse una tristeza para la cual no existe un remedio inmediato. Las ciudades y su caos extendido han impuesto una horma sobre la cual nos tropezamos. Estamos ahí, a su merced, cautivos de sus exigencias inocuos, de una torva de pretextos que obedecen a la improvisación demencial a través de aquella insatisfacción que no acepta demoras ni calendarios conmemorativos.